jueves, 21 de julio de 2016
...pero hay una esperanza!!!
El día 19 de abril de 2016, en medio de las actividades realizadas para el estudio sistemático de la contaminación ambiental en el río Tahuando en la ciudad de Ibarra, para la sorpresa del equipo de investigación se pudo constatar que en un sector urbano, cerca de la loma de Guayabillas, la presencia de la especie denominada "preñadilla" una especie de pez al que se ha atribuido la categoría CR de la lista roja de animales en peligro de extinción llevada a cabo por la UICN. Esta especie no es demasiado conocida científicamente, cuyo nombre científico es astroblepus ubidiai y se trata de una especie de peces que pertenece a la familia astrobleipidaeasí como a la orden de siluriformes. Si, a pesar de lo que hacemos en contra del río, la vida encuentra la manera de seguir adelante. Imágenes como esta son las que nos da energía para seguir adelante!!
Algo referente a leyes... y un poco más
La Constitución de la República del
Ecuador (2008) en el Art 14 establece que
El Estado reconoce el derecho de
la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que
garantice la sostenibilidad y el buen vivir; y en el Art. 15.- El Estado promoverá, en el sector público y
privado, el uso de tecnologías ambientalmente limpias y de energías
alternativas no contaminantes y de bajo impacto. Esta misión que en la práctica se encuentra
dentro de las competencias asignadas a los gobiernos autónomos
descentralizados, específicamente aquella correspondiente a la gestión integral
de los servicios de suministro de agua potable y alcantarillado, depuración de
aguas residuales, manejo de desechos sólidos y actividades de saneamiento
ambiental. En el caso particular del cantón Ibarra, las dos primeras
responsabilidades han sido asumidas por la Empresa Pública de Agua Potable y
Alcantarillado (EMAPA) y su Laboratorio de Control de Calidad, instancia que se
constituye en el organismo auditor de los parámetros de calidad, tanto del agua
potable como de las aguas residuales.
Cabe indicar que uno de los
principales retos técnicos actuales de la cuidad de Ibarra concierne a la
construcción de la planta de aguas residuales del río Tahuando, cuyo proyecto
está en curso, para lo cual se cuenta con el financiamiento procedente del
erario público. El éxito del indicado proyecto está aaociado a obtener
información sobre los parámetros de contaminación del río en puntos
estratégicos de su recorrido, sobre cuya base se formularán las alternativas
técnico – ambientales más convenientes. Adicionalmente, la información
mencionada servirá de referencia científico – técnica para futuros proyectos
relacionados con los factores biofísicos, institucionales y económicos que afectan
la vulnerabilidad natural de la cuenca del río Tahuando y la medida en la cual
ésta influya en la sostenibilidad de un ambiente saludable y seguro para la
población de la zona.
Antecedentes para un punto de partida
El manejo del recurso natural
hídrico ha entrado en crisis. Ante la perspectiva de una problemática múltiple
causada por la escasez de agua, el debate técnico se ha volcado hacia la
construcción de propuestas racionales para un aprovechamiento más sostenible.
El Ecuador no se ha visto
ajeno a estas discusiones, ain embargo, la temática de las mismas en su mayor
se ha derivado hacia su uso como suministro de líquido vital para los centros
urbanos, el apoyo a las actividades agrícolas-ganaderas, las obras civiles asociadas
a esos usos y a la mejora de las relaciones en las que se involucran los
actores sociales encargados del manejo del recurso, tales como las llamadas
Juntas de Agua.
Mas allá de las declaraciones gubernamentales que se han
condensado en diversos cuerpos legales hay que señalar que la problemática de
la contaminación de los ríos originada por los vertidos derivados de las actividades
agrícolas, ganaderas, industriales y municipales no ha sido lo suficientemente
estudiada, lo que hace que la visión sobre este tema sea mas bien fruto de la
percepción popular, lo que muchas veces dificulta apreciar la verdadera
dimensión de este problema.
Progresivamente las autoridades involucradas en la toma de
decisiones en el país han ido tomando conciencia de la relevancia de esta
situación, y las consecuencias irreversibles de mantener una postura de
inactividad hacia ella, por lo que se evidencia que algunas ciudades han
empezado a plantear de manera concreta planes de mitigación, que en el caso
particular de la ciudad de Ibarra se han concretado en proyectos tales como la
Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Yahuarcocha o la nueva planta para
el tratamiento de las descargas de aguas residuales municipales, que hoy tienen
como destino el curso del río Tahuando, convirtiéndolo en un cuerpo de agua
infecto, constituyendo un grave riesgo
para la seguridad de la misma ciudad.
La falta de información concreta que refleje los niveles de
contaminación del río Tahuando parte del hecho que no ha existido una política
que apoye la prevención a nivel de las entidades encargadas del mismo, lo que
impide que se generen datos históricos y secuenciales que en otro escenario
serían fundamentales para una modelación hidrológica completa. Al carecer de
ellos no se pueden sacar conclusiones valederas que sirvan de indicadores
confiables para evaluar la efectividad de las acciones de mitigación que
deberían ejecutarse en aras de una preservación ambiental.
Un procedimiento técnico de monitoreo debe tener algunas
características entre las que destacan la practicidad, la economía, la
rigurosidad y la reproducibilidad. Al ser satisfactorios estos requisitos
estamos frente a una propuesta que puede ser fácilmente adoptada por las
entidades correspondientes para efectos de generar esa base de datos que se
requiere
El Río y Yo (o una triste historia de abandono y despreocupación ambiental)
Un lunes cualquiera, inicio de semana laboral en la ciudad blanca. La mañana se asoma fría mientras los vehículos empiezan a irrumpir con su ruidoso ritual por las calles aun somnolientas. Y el desenfrenado ritmo de la Ibarra pujante empieza con la semana laboral. Mientras desde las alturas nos observa impávido el colosal Imbabura, hay cosas que para nuestra idiosincrasia se ven como inalterables, dada la fuerza de las costumbres de nuestra naturaleza humana. El “así ha sido desde siempre” se convierte en la excusa mas sencilla en la que intentamos buscar una explicación a lo absurdo de las prácticas perennes. Una de ellas, la mas escandalosa y de las menos publicitadas es la relacionada a la contaminación del río Tahuando. Ese cuerpo hídrico que atraviesa nuestra ciudad carga en su cauce tanta historia asociada a la vida de muchas generaciones de personas que hicieron patria en sus orillas. Pero huelga decir que la manera en la que hemos tratado a este viejo amigo ha sido por decirlo menos vergonzosa. Desde hace mucho tiempo nos hemos olvidado de el, reduciéndolo a sus fétidos olores mientras movemos la cabeza cuando intentamos explicar con un insípido y lánguido “así lo han contaminado” el rato en el que tomamos conciencia de que el 95% de las aguas residuales provenientes de la actividad antrópica de la ciudad se descarga en sus aguas.
Ya nos hemos acostumbrado a los olores. No llama la atención a nadie ver de reojo cuando pasamos raudos por los puentes un torrente turbio adornado de montones de basura vieja acumulada estratégicamente en cada orilla, pues hasta para eso somos indolentes accediendo a los lugares más fáciles para lanzar a lo lejos nuestros desechos, y mientras mas lejos mejor, no sea cosa que ellos nos recuerden lo vano e inútil de nuestras costumbres consumistas…. Porque aunque ya resulte trillado el chiste, pero pocas cosas describen mejor nuestra actitud hacia el medio ambiente como el letrero en el bus que demuestres tu cultura sin ensuciar el piso del vehículo, botando la basura por la ventana.
A veces parece que los ríos que pasan por las ciudades son una especie de punching ball, de esas que los boxeadores destinan para su entrenamiento y que no tienen mas función que aguantar con todo lo que le peguemos. Y ellos, calladitos, cumplen con su tarea, acarreando lejos todas esas descargas, de todo tipo. No importa si en el chifa los clientes no terminaron de comer ese chaulafán tamaño gigante, pues el desagüe aguanta todo. Aceite usado por la cañería? Pues claro!! A donde mas vamos a poner ese líquido amarillento y maloliente que tiene la mala costumbre de acumularse en toda cocina?? Es nuestro día a día, nuestro oscuro secreto debajo de la alfombra. La manera mas simple y por supuesto económica que tenemos de alejar de nosotros todo los resultados de lo que hacemos y dejamos de hacer. Mientras nadie vea, y nadie multe, todo estará bien. Medioambiente? Ecología? Son conceptos que manejan los sabios que buscan una solución a un concepto llamado contaminación, tan ajeno a nosotros y del que por supuesto, somos inocentes, pues los que contaminan son unos señores bien avarientos que son los dueños de las industrias, que ellos si son los malvados que deberían dar respuestas que ayuden a curar al pobre río en el que ya no podemos bañarnos y que ahora es un caldo de cultivo de mosquitos que enferman a los niños con sus pestilentes efluvios.
Cuando empezamos a trazar las líneas generales del proyecto de investigación basado en el desarrollo de nuevas tecnologías en el campo del tratamiento biológico de aguas residuales nunca pensé que una de esas tareas previas de carácter exploratorio que definimos me iba a llevar tan lejos cambiando radicalmente la manera en la que veo al Tahuando, pues lo que al principio se planteó como una actividad preliminar de monitoreo sobre niveles de contaminación adquirió una mayor dimensión el rato en el que la asociación con los funcionarios de la Empresa Municipal de Agua Potable de Ibarra y de la Dirección Medioambiental del Municipio tomó cuerpo pues nuestro común interés en el río y en los factores que lo afectaban fue ampliando poco a poco el horizonte de esta labor investigativa que se transformó en algo mas grande. Era como si el propio Río nos lo estuviera pidiendo en cada una de esas salidas de campo, agobiado el susurrando sus penas a través de las piedras y de la espuma. Han sido cinco meses de arduo trabajo, realizando monitoreos a través de 23 Km del cauce del río, desde la confluencia con la quebrada Guairapungu, sector Zuleta hasta la unión con el Río Ambi, pasando por todo tramo en donde exista actividad antrópica y la orografía nos permita acceder. Tiempo en el que tuvimos que caminar mucho, sortear todo tipo de obstáculos y siendo testigos de múltiples situaciones que alteran de manera definitiva la calidad del agua que se transporta por ese cauce. Y así a medida que el trabajo avanzaba también iba cambiando mi manera de percibir la relación entre el ser humano y su entorno, reflejado en el trato inmisericorde que le damos al río, que en lugar de convertirse en un aliado para nuestras actividades se transformaba en una quebrada infecta ante nuestros ojos mientras mas nos íbamos acercando a los centros urbanos. Dimos fe de los esfuerzos de auto depuración del río en los tramos en los que no existía influencia de la población demostrados en los valores de oxígeno disuelto, demanda bioquímica de oxígeno, etc... y justo cuando parecía que se hallaba en proceso de recuperación distinguíamos una descarga de aguas residuales que mandaba al traste todos los datos obtenidos. Cuando llegamos a la ciudad la situación se volvió insostenible. No es difícil darse cuenta de aquellas tuberías gruesas, que con sus bocas nauseabundas descargan todo tipo de carga orgánica e inorgánica en el receptor, y de entre todas, en el sector de priorato, bien escondida una en especial que tiene un caudal mayor que la del mismo río que va discurriendo desde una cascada de casi 40 metros, en un esfuerzo vano de oxigenación que llega a su fin alterando completamente el equilibrio biótico de lo que alguna vez fue un cristalino cuerpo de agua orgullo y símbolo de la cultura de la ciudad. La Constitución de la República señala en su artículo 14 que el Estado reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado que garantice la sostenibilidad y el buen vivir. Y luego, en los tan famosos derechos de la naturaleza se hace mención en el artículo 71 que la naturaleza o pacha mama tiene derecho a que se respete íntegramente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos. Me pregunto cuantas de estas palabras quedan en letra muerta, estupefactas ante una realidad a la que no le importa cuanto ni como manejamos nuestras descargas. Hasta cuando seguirá mandando la lógica normal dicotómica de la actividad humana versus su entorno, en un baile depredativo que genera solo cenizas de lo que un día fue un ecosistema del que también formamos parte?
Mientras estábamos discutiendo sobre el alcance de este trabajo, alguien me preguntó sobre las razones del mismo, puesto que ya sabemos que esta contaminado y lo que realmente importa son las acciones que como sociedad debemos tomar. Tal vez tenga razón, pero como dice el viejo adagio, lo que no se mide no se puede mejorar, y el visibilizar el grado de contaminación del río Tahuando debe ser considerado como una labor prioritaria a nivel de nuestra institución, aunando esfuerzos en estos tiempos en los cuales las instituciones del sector público han empezado a desarrollar actividades concretas, como la instalación de la planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad, proyectos que requieren la suma de esfuerzos de todos los actores sociales para hacerlos llegar a buen puerto. Aunque mas allá de todo, mi lección aprendida en este tiempo va orientada a la necesaria toma de conciencia de todos. Y no en un sentido lírico solamente, sino en que nada va a poder conseguirse si es que nuestra actitud para con nuestro entorno natural no cambia a un ámbito de respeto y de conservación. Somos medio ambiente, y como tal debemos integrarnos al mismo en el plano que amerita nuestra racionalidad de seres evolucionados. El río no puede esperar mas. No se lo merece.
“La manera en la que se mide lo avanzado de una sociedad debería reflejarse en la manera en la que esta maneja a sus ríos”
Trabajo en clase
¿Qué son los Recursos Naturales?
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Recurso natural: Se denominan recursos naturales a aquellos
bienes materiales y servicios que proporciona la naturaleza sin
alteración por parte del ser humano; y que son valiosos para las sociedades
humanas por contribuir a su bienestar y desarrollo de manera directa (materias
primas, minerales, alimentos) o indirecta (servicios ecológicos).
Se producen de forma natural, lo que significa que los humanos no pueden hacer recursos naturales, pero si modificarlos para su beneficio. Por ejemplo, los materiales utilizados en los objetos hechos por el hombre son los recursos naturales.
Se producen de forma natural, lo que significa que los humanos no pueden hacer recursos naturales, pero si modificarlos para su beneficio. Por ejemplo, los materiales utilizados en los objetos hechos por el hombre son los recursos naturales.
Los recursos naturales que
proporciona el medio ambiente se clasifican en 3 tipos diferentes:
a) Recursos continuos o inagotables: Se corresponde
con aquellas fuentes de energía que son inagotables y que no son afectadas por
la actividad humana.
b) Recursos renovables: Son los recursos que pueden
regenerarse mediante procesos naturales, de manera que aunque sean utilizados
pueden seguir existiendo siempre que no se sobrepase su capacidad de
regeneración.
c) Recursos no renovables o irrenovables: Son aquéllos
que una vez consumidos no pueden regenerarse de forma natural en una escala de tiempo
humana.
Hay varias formas de clasificar los recursos naturales, incluyendo
de dónde vienen y si son o no renovable como vimos anteriormente, pero también
se pueden clasificar en función de si los recursos naturales provienen
de seres vivos o materiales orgánicos, entonces se les considera recursos
bióticos. Recursos bióticos incluyen las plantas, los animales y los
combustibles fósiles. Los tres combustibles fósiles son el carbón, el petróleo
y el gas natural. Los combustibles fósiles se clasifican como recursos
bióticos, ya que se forman a partir de la descomposición de materia orgánica
durante millones de años. Por otro lado, los recursos abióticos se
originan a partir de materiales no vivos e inorgánicos. Por ejemplo,
el aire, la luz solar y el agua son recursos abióticos. Los minerales también
se consideran abióticos.
Las principales fuentes de energía continua son el
sol y la gravedad. La primera genera energía solar a través de la radiación y
eólica por el viento. La segunda genera energía hidroeléctrica mediante
saltos hidroeléctricos o las olas y mareas.
La actividad humana puede llevar a la sobreexplotación de estos
recursos y poner en peligro su conservación.
Los casos más graves de explotación excesiva de recursos son:
- La caza y pesca indiscriminada de ballenas y otros animales en peligro de
extinción.
- Tala de bosques sin criterios conservacionistas.
- La explotación excesiva del agua provoca problemas ambientales
graves como la desertización y el drástico descenso de los recursos hídricos.
Según la ONU 2/3 de los ecosistemas de los que depende la vida
sobre la Tierra están sobreexplotados o se utilizan de manera insostenible, lo
que puede causar graves problemas para la humanidad en las próximas
generaciones.
Prioridades de los recursos naturales
renovables
En lo referente a los recursos naturales renovables, las
prioridades deben estar orientadas a mantener la base productiva mediante un
manejo de los mismos, que implica utilizarlos con prácticas que eviten el
deterioro y regenerar los que están degradados. En este sentido, es de altísima
prioridad en el país:
- Manejar los recursos marinos y evitar la explotación irracional
que reduzca los stocks disponibles. Casos como la sobreexplotación de la
anchoveta y la reducción drástica de las poblaciones de lobos marinos y aves
guaneras no deben repetirse.
- Manejar los recursos hidrobiológicos de las aguas continentales.
Son de alta prioridad el manejo del camarón de río en la costa, los espejos de
agua de la sierra y los recursos pesquemos en la Amazonía.
- La conservación de las tierras agrícolas es una de las
necesidades más urgentes por su escasez y los procesos de deterioro en curso,
que están comprometiendo la seguridad alimentarla.
- La conservación del agua, especialmente en la costa, en las
vertientes occidentales y en la sierra es otro aspecto de extrema urgencia
- La conservación de la cobertura vegetal en la costa y la sierra
es no menos urgente. En estas regiones se hace necesario contar con agresivos
programas de reforestación, de urgencia para la conservación de las cuencas y
para generar recursos forestales a futuro.
- El ordenamiento o zonificación del espacio en la selva alta y en
la selva baja, para el uso ordenado de los recursos y la protección de las
comunidades indígenas.
- La conservación de la diversidad biológica de las especies, los
recursos genéticos y los ecosistemas representativos es una necesidad
impostergable. El Perú no puede seguir perdiendo sus recursos vivos, que son
fuente de beneficios. Culturales y científicos.
Principales fuentes de contaminación
Entre las fuentes de contaminación más notables, podemos citar las
siguientes:
- Emanaciones industriales, en forma de humo o polvo, las cuales
son lanzadas a la atmósfera y contaminan el aire.
- Aguas residuales de origen industrial, que constituyen la
principal fuente de contaminación de las aguas.
- Aguas albañales procedentes de la actividad humana.
- Productos químicos procedentes de la actividad agropecuaria, los
cuales son arrastrados por las aguas; entre ellos, plaguicidas, fertilizantes,
desechos de animales, etc.
- Residuos sólidos provenientes de la industria y de las
actividades domésticas.
- Emanaciones gaseosas producidas por el transporte automotor.
- Dispersión de hidrocarburos en las vías fluviales y marítimas,
causadas por la transportación a través de estas vías.
Plan de ordenación de los recursos naturales
Un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) es un instrumento de planeamiento territorial recogido en el ordenamiento jurídico español que persigue adecuar la gestión de los recursos naturales, y en especial de los espacios naturales y de las especies a proteger, según la política de conservación de la naturaleza establecida por la "Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad".
Los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales son el instrumento específico para la delimitación, tipificación, integración en red y determinación de su relación con el resto del territorio, de los sistemas que integran el patrimonio y los recursos naturales de un determinado ámbito espacial, con independencia de otros instrumentos que pueda establecer la legislación autonómica.
El Ministerio de Medio Ambiente, con la participación de las Comunidades autónomas, elaborará, en el marco del Plan Estratégico Estatal del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, unas directrices para la ordenación de los recursos naturales a las que, en todo caso, deberán ajustarse los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales que aprueben las Comunidades autónomas.
Dichas directrices se aprobarán mediante Real Decreto, en un plazo máximo de dos años, previo informe del Consejo Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad.
Es objeto de dichas directrices el establecimiento y definición de criterios y normas generales de carácter básico que regulen la gestión y uso de los recursos naturales, de acuerdo con lo establecido por la presente Ley.
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